Frutos secos y aceites certificados Fairtrade
Los frutos secos y los aceites tienen todo tipo de formas y tamaños, ya sean para picar, para hornear o procesados para aceites de cocina y cosméticos. Sin embargo, navegar por el intrincado panorama de su producción revela retos y complejidades que ensombrecen su futura disponibilidad y sostenibilidad.
La industria de frutos secos y aceites
Existe una gran diversidad de organizaciones de productores que se dedican a la recolección de frutos de cáscara, semillas oleaginosas y frutos oleaginosos; de hecho, pueden ser desde pequeños agricultores hasta trabajadores de plantaciones y trabajadores contratados. De Fidji a Nicaragua, y de Benín a Pakistán, un rasgo común es que, a pesar de la creciente demanda mundial de sus productos, estos agricultores y trabajadores luchan con demasiada frecuencia por ganarse la vida dignamente.
Además, para algunos productores, la lejanía presenta problemas logísticos. Las nueces de Brasil, por ejemplo, crecen de forma natural en zonas de la selva amazónica. Los recolectores deben primero recoger los frutos cuando caen de los árboles, luego extraer las nueces del fruto, secarlas y clasificarlas y, por último, transportarlas en pequeñas embarcaciones o a pie fuera de la selva hasta los puertos.
Retos actuales
La fluctuación de los precios de mercado y los cambios económicos mundiales añaden otra capa de complejidad a la intrincada red de retos a los que se enfrentan quienes participan en la cadena de suministro de frutos secos y aceites.
- Condiciones meteorológicas impredecibles. Esto puede incluir temperaturas extremas y precipitaciones irregulares, que suponen una amenaza tanto para la calidad como para la cantidad.
- Fluctuación de precios. Los patrones climáticos más extremos y la inestabilidad política pueden impulsar la volatilidad de los precios, lo que significa que los pequeños agricultores y los trabajadores de las plantaciones pueden tener dificultades para ganar lo suficiente con sus cultivos.
- Falta de conectividad. Muchos productores trabajan en zonas remotas, con malas conexiones de transporte y telecomunicaciones. Esto eleva los costes de producción, interfiere en su acceso al mercado y a la información de mercado y les obliga a depender de un pequeño grupo de comerciantes.
" Fairtrade marca una diferencia tangible, no sólo para nosotros los productores, sino también para el medio ambiente. Representa un profundo sentido del respeto en todo el proceso de producción y para las empresas que deciden apoyarnos"
Francisco Eduardo de Sa, productor de anacardos, COCAJUPI, Brasil
Cómo Fairtrade marca la diferencia
Hay varias maneras en que los productores Fairtrade pueden hacer frente a los desafíos que enfrentan para hacer crecer sus negocios.
- El Precio Mínimo Fairtrade. Su objetivo es cubrir los costes medios de los agricultores para producir frutos secos o aceites. Actúa como una red de seguridad cuando los precios del mercado caen y en su lugar se mantienen precios estables.
- Diversificación. Fairtrade anima a los productores no sólo a cultivar, sino también a procesar productos, por ejemplo, manteca de karité, para añadir valor y acceder a mercados más amplios.
- Protección del medio ambiente. Fairtrade trabaja con los productores y los trabajadores para crear un entorno en el que la naturaleza también pueda florecer. Esto incluye la formación y el apoyo a la agricultura sostenible, incluida la eliminación de la deforestación, un mejor uso de los recursos hídricos, variedades de cultivos resistentes a la sequía y la diversificación hacia fuentes de ingresos resistentes al clima.